Una de cada ocho personas en el mundo padece de un trastorno mental, motivo por el cual, durante los últimos años, se ha buscado determinar la relación entre la nutrición y la salud mental, y cómo la alimentación puede incrementar el riesgo de patologías.
Una de cada ocho personas en el mundo padece de un trastorno mental, motivo por el cual, durante los últimos años, se ha buscado determinar la relación entre la nutrición y la salud mental, y cómo la alimentación puede incrementar el riesgo de patologías.
Milenka Duarte

Actualmente existe una evidente preocupación por la , pues como estima la, una de cada ocho personas en el mundo padece de un . Asimismo, durante el 2019 se registró que casi mil millones de personas –entre ellas un 14% de los adolescentes de todo el mundo– presentaban alguna patología relacionada a la . Desde luego, este panorama ha alertado al campo de la salud en general por su impacto significativo en la población mundial, es por ello que se realizan diversos esfuerzos para generar una mayor difusión y consciencia sobre este verdadero e importante problema de salud pública.

La comunidad científica es parte fundamental en esta lucha, razón por la cual, se han venido desarrollando diversos estudios que reflejan la situación actual, además de proporcionarnos un mayor detalle de aquellos factores que pueden repercutir positiva o negativamente en la salud mental. Por consiguiente, hoy en día se pretende tener un conocimiento más sólido sobre su relación con la , pues la población global también se está enfrentando a otro gran enemigo, específicamente, la malnutrición, la cual es causada principalmente por las que rigen la manera en la que comemos.

¿Cómo influye la alimentación en el funcionamiento de nuestro cerebro?

En innegable que al hablar de salud mental pensemos en el cerebro, ya que este importante y complejo órgano es esencial para poder entender los trastornos mentales. Ciertamente, es el responsable de controlar las diversas funciones cognitivas, como el pensamiento, el lenguaje, la atención, la memoria, el aprendizaje, entre otros, para lo que requiere como mínimo del 20% de la energía que ingerimos para lograr un desempeño adecuado.

Nuestro cerebro requiere de aproximadamente el 20% de de la tasa metabólica corporal para tener un adecuado funcionamiento mental y cognitivo.
Nuestro cerebro requiere de aproximadamente el 20% de de la tasa metabólica corporal para tener un adecuado funcionamiento mental y cognitivo.

Sin duda, el cerebro necesita de una serie de nutrientes para su formación y desarrollo, puesto que las células nerviosas o neuronas que lo componen demandan alimento para tener un buen funcionamiento y generar nuevas conexiones cerebrales. Adicionalmente, la composición de cada comida tiene un efecto directo en la producción de las señales químicas del cerebro, en otras palabras, los neurotransmisores que se encargan de llevar la información a lo largo del sistema nervioso, pueden condicionarse de acuerdo al tipo de alimento que hemos ingerido, influyendo claramente en nuestro estado de ánimo y nuestro comportamiento.

¿Qué opina la ciencia sobre la relación entre la nutrición y la salud mental?

En los últimos años, ha habido un aumento en la investigación sobre los efectos de la nutrición en el estado mental, siendo considerado como un aspecto importante de la prevalencia de muchos trastornos mentales que, a su vez, se convierte en una posible vía que nos conduzca hacia una reducción en la proporción de las personas que padecen de alguna patología. Por ejemplo, un publicado en la revista European Neuropsychopharmacology demuestra que, la dieta influye significativamente en la salud mental y el bienestar, ya que tras un exhaustivo análisis de los datos, se evidencia una relación directa entre la nutrición, la susceptibilidad al estrés, la salud mental y la función mental a lo largo de la vida.

De igual manera, entre los hallazgos se encontró una fuerte evidencia de los beneficios que una dieta mediterránea, rica en verduras y aceite de oliva pueden tener sobre la salud, tales como brindar cierta protección contra la depresión y la ansiedad. No obstante, los investigadores creen que, si bien algunos alimentos pueden estar asociados con una afección de la salud mental, aún existe una brecha en la comprensión de cómo y por qué los alimentos producen estos efectos.

Lo último en investigación

Por su parte, un reciente publicado en la revista The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y realizado por científicos de la Zhejiang University, en China, ha determinado que las personas que consumen alimentos fritos con bastante frecuencia; sobre todo, las famosas papas fritas, presentan un mayor riesgo de padecer algún problema de salud mental.

Las papas fritas podrían aumentar el riesgo de desarrollar trastornos mentales, como depresión o ansiedad, lo cual sería causado por una sustancia química llamada acrilamida que se desprende de estos alimentos por las altas temperaturas.
Las papas fritas podrían aumentar el riesgo de desarrollar trastornos mentales, como depresión o ansiedad, lo cual sería causado por una sustancia química llamada acrilamida que se desprende de estos alimentos por las altas temperaturas.

Básicamente, se llegó a esta conclusión después de analizar los datos de 140,728 individuos y realizar un seguimiento de los mismos durante aproximadamente 11 años, con el fin de evaluar los efectos que este tipo de alimentos causan en la función mental. Gracias a ello, se demostró que una nutrición basada en las frituras incrementa un 12% más de riesgo de ansiedad, así como un 7% más de riesgo de depresión.

A diferencia del trabajo científico antes mencionado, en este caso los autores aseguran que, esto sería causado por una sustancia química denominada acrilamida, la cual se libera una vez que los alimentos se fríen o atraviesan por un proceso de altas temperaturas. En concreto, se considera que, la exposición a este químico ocasionaría una inflamación cerebral, siendo esta la responsable de que se generen comportamientos similares a la ansiedad y la depresión.

Si bien es cierto, conocemos de antemano el impacto que puede tener la alimentación en nuestra salud física y una mayor noción de como influye en la mental y a nivel cerebral, considero que es pertinente valorar estos datos, pues nos brindan claridad sobre un tema que despierta gran preocupación e interés, pero se siguen necesitando urgentemente nuevos hallazgos que no solo sigan estudiando la relación bidireccional entre la nutrición y la salud mental, sino que también se ofrezcan investigaciones que permitan obtener conclusiones definitivas de tipo causa-efecto.

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es periodista y psicóloga por la Universidad Peruana Cayetano Heredia.

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