Nora Sugobono

El que no se ha sentado alguna vez, definitivamente, ha pasado por delante. Es uno de los ‘spots’ más pedidos por quienes transitan a lo largo de la concurrida Miguel Dasso —un universo en sí mismo, nos guste o no—, y motivos no faltan. La ‘épicerie’ (vocablo francés que se refiere a tiendas pequeñas, con bocados y otros productos) que lleva el nombre de la calle donde está ubicada, tiene ocho años atendiendo a una clientela que se siente cómoda, a gusto, en la pequeña terraza que ya es el sello de este espacio. Citas laborales, amigas ‘bruncheando’, familias compartiendo pizzas, alguna que otra pareja en una cita con buenos vinos en la mesa. En el menú siempre hay algo que funciona, según la ocasión.

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