Nora Sugobono

¿Qué come una mariposa? Inevitable preguntarlo en el entorno donde nos encontramos hoy. La respuesta está repartida a lo largo de un pasillo ascendente, que envuelve los cinco pisos de un iluminado edificio en la última cuadra de la vibrante avenida La Mar: es papaya. Hay trozos colocados en puntos estratégicos, donde las mariposas se detienen, se alimentan, y descansan. Decenas de ejemplares vuelan a lo largo y a lo ancho de la construcción, en un espacio especialmente habilitado para ellas.

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De ahí el nombre: La Mar-iposario. Esta suerte de santuario urbano dedicado a las mariposas (el Perú es uno de los países con mayor número de variedades) está abierto al público que visita el lugar sin costo alguno. Los niños pueden explorar, observar y hasta resbalarse por un tobogán. Para los adultos, la experiencia es igual de sorprendente. Tal y como nos cuentan los hermanos Jean Paul y Paola Poblet (él está al frente de la barra, ella de la cocina) la idea con La Mar-iposario es crear un concepto que gire en torno a la naturaleza (en concreto, a la Amazonía) desde el lado más sensorial: vista, olfato, gusto. En eso último es donde nos vamos a concentrar.

Saltado morpho: cortes de lomo, langostinos y cecina, servidos con patacones y una porción de arroz oriental.
Saltado morpho: cortes de lomo, langostinos y cecina, servidos con patacones y una porción de arroz oriental.
/ Heroina Estudio

Ya son diez años los que La Mar-iposario viene operando en Miraflores, pero nos encontramos con algunos cambios relativamente recientes en esta visita. Para empezar, en el primer y segundo piso se encuentra hoy el Salón Morpho, comandado por Paola, un restaurante de bocados confortables donde —explica ella— se usan insumos amazónicos, sin que el concepto sea de comida selvática. La suya es una fusión creativa, con licencia para las propuestas con toques de autor. Nos encontramos, por ejemplo, con un risotto ‘afuanado’, inspirado en el juane. Con sacha culantro, pollo enrollado, cecina y achiote. O una pasta al pesto con paiche apanado con panko. También hay sitio para sabores algo más lejanos, como un pulpo mediterráneo con garbanzos, palta y pimiento, o una pasta negra con langostinos, loche y langostinos salteados al vino blanco. El hilo conductor aquí es el color.

El ‘rooftop’ está ubicado en el quinto piso, con un amplio ambiente y barra.
El ‘rooftop’ está ubicado en el quinto piso, con un amplio ambiente y barra.
/ Heroina Estudio

Los pisos tres y cuatro del edificio lo ocupan la tienda de ropa Morphology y un centro de bienestar, respectivamente. Para llegar al quinto, se puede subir a través de los pasillos internos o tomar el ascensor, lo que cada uno prefiera. El ‘rooftop’ es un lugar único y tiene su propia carta de piqueos y cócteles, el sitio ideal para las noches o el fin de semana; sobre todo, si se quiere cerrar el domingo con broche de oro, con un ‘brunch’ generoso en porciones y rico en variedad. //

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Un ‘brunch’ especial

Todos los domingos, de 10 a.m. a 3 p.m., el ‘rooftop’ de este espacio ofrece un colorido ‘brunch’ con lo mejor de la coctelería de la casa. Hay todo tipo de huevos (incluidos unos amazónicos), sánguches de lomo a la pimienta, de ‘roast beef’ o de panceta horneada, y, por supuesto, tostadas francesas regulares y a base de ‘croissant’. 

Naturaleza cercana

Las mariposas que están en el espacio interior del edificio (cuya altura se extiende por los cinco pisos) proceden de Tarapoto, Madre de Dios e Iquitos. Actualmente hay cinco especies, pero antes de pandemia llegaron hasta 20. No es necesario pagar para verlas.

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